En ocasiones trabajamos en diseños y proyectos que no llegan a realizarse pero que suponen un bonito ejercicio de creación artística, una exploración del lenguaje simbólico y de sus posibles aplicaciones plásticas. Estos trabajos, que a veces se quedan en el taller, son muy valiosos para nosotros, pues son, cuanto menos, un lugar de encuentro y de creatividad para nuestros artistas.
EL FIN: MOVER AL RECOGIMIENTO Y A LA ORACIÓN
El fin del planteamiento que se realizó en este caso, era dotar a una pequeña cripta de un elemento decisivo que elevara el corazón de los fieles y lo dispusiera para la oración. Se pretendía generar un ambiente de intimidad recreando uno de los lugares más significativos para el cristianismo: el monte Calvario, el lugar donde fue crucificado Cristo, situado al otro lado de las antiguas murallas de Jerusalén.
LA OBRA PICTÓRICA: TEMAS E ICONOGRAFÍA
La escena de la crucifixión, expresada en un código estético propio de nuestro tiempo, fue planteada para ocupar toda la pared frontal, respetando sus irregularidades.
Los elementos iconográficos empleados no están solo al servicio de la representación de una “Déesis” sino que el conjunto queda enriquecido con otros motivos contiguos.
Así, vemos el tema de la piedad, el de las tres Marías o la propia resurrección, implícita tras la muerte en la cruz.
La presencia multiplicada de la imagen de Cristo diferencia dos registros distintos, correspondientes a la parte terrenal - el Cristo yacente de la parte inferior- y a la divina- el Cristo crucificado y el resucitado de la parte superior.
María tiene una importancia crucial y, transcendiendo el momento de la muerte, enlaza ambos mundos. No llora a Cristo yacente, sino que eleva la mirada hacia el rostro luminoso esbozado junto a la cruz, que simboliza la resurrección y la divinidad de su hijo. Este elemento pictórico situado a la izquierda de la cruz cubre y complementa las necesidades compositivas al rellenar un vacío excesivo que, de otro modo, generaría un sentimiento negativo, pues mostraría a Cristo en una soledad y un aislamiento que cambiarían esencialmente la obra.
Si miramos a la cruz, vemos un Cristo de rostro sereno, no sufriente; un Cristo majestuoso que mira al frente y busca entrar en diálogo con quien lo contempla. Y lo hace desde dos alturas: desde la cruz y desde el área celeste de la Resurrección. Esta manera de proceder mediante multiplicación iconográfica ha sido muy empleada, no sólo en el arte moderno- como en Sala Capitular de la Catedral de la Almudena- sino también en el clásico - como en el Juicio Final de la Capilla Sixtina-.
LA OBRA PICTÓRICA: TÉCNICAS
La pintura se pensó para ser trabajada mediante técnica mixta, previa preparación atexturada del soporte mural. De esta forma se conseguría dar continuidad e integrar totalmente las dos áreas: muro y cuadro. El tratamiento pictórico contemplaba la aplicación de tendencias actuales de gran exquisitez plástica, que dotaran de versatilidad, dinamismo y expresividad a la composición.
C/ Galileo Galilei, 19.
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