LA FIGURA DE SAN JOSÉ EN LA HISTORIA DEL ARTE
San José, padre putativo de Jesús, a quien la iglesia otorga el papel de “custodio legítimo y natural, cabeza y defensor de la Sagrada Familia” (Encíclica Redemptoris Custos, 1989), ha sido representado en numerosísimas ocasiones a lo largo de la Historia del arte, pero el proceso evolutivo de su figura en el Arte ha sido, cuanto menos, controvertido.
EL SANTO OLVIDADO
Hasta el final de la Edad Media San José ocupaba en el arte un lugar secundario. Apenas encontramos representaciones, salvo cuando aparece como personaje accidental en algunas escenas de la vida de Jesús. Se debe a que, al principio no se consideró de mayor importancia la misión que desempeñaba en la historia de la redención, centrada en la figura de Jesús y de su madre. A partir del sigo XVI la teología comenzó a considerar la dignidad y santidad del santo como modelo de esposo, padre y hombre trabajador, debido, en gran parte a la publicación de la “Suma de los dones de San José”, obra de un padre dominico. En este momento creció la devoción entre los fieles y el arte comenzó a ensalzarlo hasta colocarlo al nivel de los grandes santos.
Contribuyeron a esta difusión del culto a San José santos como Santa Teresa de Jesús y San Ignacio de Loyola. Santa Teresa consagró a él el primer convento carmelita, en Ávila, y la mayoría de sus fundaciones posteriores y San Ignacio trató de difundir el culto a San José hasta el punto de que los jesuitas tienen una capilla dedicada al santo en cada una de sus iglesias. Las dos órdenes colaboraron a la difusión de la veneración a San José por Europa.
San José, ignorado durante los primeros siglos, pasó a ser celebrado por franciscanos y dominicos hasta que Gregorio XV proclamara su fiesta para toda la iglesia en el año 1621. Su popularidad entre los fieles fue aumentando y su iconografía enriqueciéndose con el paso del tiempo. En 1870 fue nombrado Patrono de la Iglesia Universal.
SAN JOSÉ EN LA ICONOGRAFÍA CRISTIANA
Los artistas han tenido que lidiar con la poca información que ofrecen los evangelios de San Lucas y San Mateo, principales fuentes de la vida de San José. En muchas ocasiones se ha enriquecido el personaje con información ofrecida por los evangelios apócrifos.
Alrededor del año 1500 José empieza a figurar como protagonista y quedan atrás las representaciones repetitivas y anodinas del Santo. Su aspecto es de hombre anciano, de larga barba y rostro arrugado, por la necesidad de afianzar la doctrina de la virginidad de María. Desde este momento hasta el siglo XVIII coexistieron diferentes opiniones sobre cómo debía ser representado y aparecen las primeras representaciones de San José como un hombre joven y fornido, enfatizando su papel de protector de la Virgen.
Ya en la Edad Media empezó a avivarse la devoción a la Sagrada Familia, en parte gracias a las meditaiones franciscanas, pero hasta el siglo XVII, por influencia de los jesuitas, no se integrará la figura de San José al ciclo mariano, como personaje de peso en las representaciones artísticas.
ATRIBUTOS DE SAN JOSÉ
A partir del siglo XVI comienzan también a identificarse sus atributos propios: la vara de almendro, símbolo de pureza y castidad y las herramientas de carpintero. A menudo se encuentran representaciones de San José con el niño en brazos, otras con su mano sobre el hombro del niño, como símbolo de su condición de maestro y conductor.
Los vestidos de San José, que en la Edad Media eran cortos y ceñidos como los de los artesanos, cambian con el tiempo a túnicas y mantos terciados. En escenas como la de la huida a Egipto, puede encontrarse representado con la capa y turbante de viaje.
TEMAS REPRESENTADOS
Dentro de la iconografía cristiana, son varias las imágenes devocionales de San José que se tratan en el arte.
San José con el niño en brazos
El sueño de San José
La coronación de San José
La muerte de San José
Existen otras muchas escenas en las que se representa al santo y que hacen referencia a pasajes evangélicos:
Los desposorios
La Natividad
La Epifanía
La huida a Egipto
La presentación de Jesús en el templo
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