Capilla de la Inmaculada Concepción

primó la atención al simbolismo y a la función sacra. La sobriedad y calidez del presbiterio infunden en el espectador un sentimiento de solemnidad. El retablo, de estilo contemporáneo, está compuesto por tres cuerpos dispuestos como las tres calles de un retablo tradicional. La forma desigual de sus cuerpos traza un paralelismo con la fachada principal del templo, cuyo diseño se apoya en la asimetría, que captura la atención del ojo humano. Esta asimetría contrasta con la disposición simétrica del interior en torno a la Vía Sacra, en cuyo punto de fuga, en el centro del retablo, el altar y el sagrario.

como la orfebrería especialmente diseñada para el templo combinan modernidad y tradición, en especial en su sólido y artístico modo de ejecución. Está situado en el cuerpo central del retablo, sobre un fondo iluminado. A un lado del presbiterio, sobre un pilar, hay una imagen de la Inmaculada Concepción, a quien la capilla está dedicada, tallada en madera, dorada al agua y estofada. En su manto están plasmados los símbolos marianos, tomados unos de las letanías lauretanas, como Espejo de Justicia, Trono de Sabiduría y Rosa Mística. El Viacrucis se encuentra situado en los laterales, formando a cada lado un panel corrido que subraya el camino hacia Dios. Resulta poco usual por sus grandes dimensiones, así como su estilo, entre lo figurativo y lo abstracto. Sus tonos cálidos se funden con los colores del espacio interior del templo.