parroquial de San Pedro comenzó a edificarse a finales del siglo XVI y fue declarada monumento histórico artístico en 1980. Construida en mampuesto y ladrillo en estilo renacentista con reminiscencias góticas, su interior es de planta de salón y conserva la decoración pictórica original en bóvedas, arcos y nervaduras. En el presbiterio hay un imponente retablo mayor del siglo XVI. El proyecto de intervención consistió en un tratamiento integral del interior del templo, que comprendió la restauración de las pinturas murales de bóvedas y paramentos y del retablo mayor, la remodelación y adecuación de los bancos de apoyo de los diez retablos de la iglesia, la actuación en el órgano y capilla bautismal, la actuación en las vidrieras, la renovación de la instalación eléctrica e iluminación del templo, y la actuación sobre el solado de madera con su estudio arqueológico. Financiación: Junta de Castilla y León. Ejecución: Talleres de Arte GRANDA S.A.
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