es un retablo plateresco del siglo XVI atribuido a Francisco de Agreda y Francisco Logroño, en madera tallada y policromada. La intervención resolvió los problemas estructurales del soporte, así como los de conservación de dorados y policromías,retirando repintes y reintegrando cromáticamente las pérdidas de policromía. Financiación: Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León. Ejecución: Talleres de Arte GRANDA S.A
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